jueves, 15 de marzo de 2012

Fondo de armario: El diablo viste de Prada


Hoy nuestra sección Fondo de armario tiene un matiz más literario, sin perder de vista, eso sí, el mundo de la moda.

Os quiero hablar de la última novela que he leído: El diablo viste de Prada. Muchos quizá la conozcáis por su homónima versión cinematográfica, protagonizada por Meryl Streep y Anne Hathaway, bastante fiel a su argumento base, la verdad.

Nuestra protagonista, Andrea, acaba de salir de la universidad, y gracias a un golpe de suerte (o de mala suerte) termina trabajando de segunda ayudante de la directora de Runway, una de las revistas de moda más prestigiosas e influyentes de Manhattan: la temida y admirada a partes iguales Miranda Priestly.

A través de la mirada de esta joven inexperta iremos introduciéndonos en el mundo editorial de moda. Comprobaremos, uno a uno, la existencia de todos los tópicos que rodean este ámbito,

Desde la presencia de hombres únicamente homosexuales hasta la inexistente dieta de las mujeres que trabajan en la revista, la novela está plagada de estereotipos que, hasta donde yo sé, deben ser bastante fieles a la realidad del periodismo de moda. Cabría preguntarse hasta qué punto la ficción ha tomado algo de la realidad y desde dónde la realidad de ha inspirado en la ficción.

Las anécdotas del día a día de la pobre Andrea nos invitan a reflexionar también sobre el primer puesto de trabajo, aquel que empiezas con toda la ilusión del mundo, y que te acaba desencantando a medida que aumentan los cafés que vas sirviendo. No es así en el caso de la protagonista, que se verá absorbida por este trabajo de ayudante/chica-para-todo bajo el mando de la severa Miranda.

Y vosotros, ¿antepondríais vuestra vida laboral a la personal? Andrea lo hace, puede que sin darse cuenta, hasta el punto de cancelar planes con su novio o amigos porque surge algún imprevisto de última hora. Puede que sea la inocencia de la novata, el miedo a quejarte y que te pongan de patitas en la calle, o una personalidad que no sabe combinar y conciliar vida laboral y personal.

Yo no puedo más que preguntarme, ¿son compatibles esa vida personal y el periodismo? La pregunta estuvo rondándome varios días después de terminar el libro. Sigo sin averiguar qué haría yo si me viese en semejante tesitura, la verdad...

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